Estas arrugas aparecen alrededor de la boca, sobre todo del labio superior, por los movimientos repetidos a lo largo de los años. Normalmente son más acusadas en pacientes fumadores, precisamente porque con el gesto de fumar, se fruncen los músculos que rodean los labios, y hacen que vayan apareciendo pequeñas “cicatrices“ en la piel.
Cuando estas arrugas son sutiles, es fácil eliminarlas. En cambio, cuando son más profundas, porque tienen más tiempo de evolución, se pueden mejorar, pero en ocasiones es difícil eliminarlas.
Procedimiento y resultados
Trabajaremos con ácido hialurónico para tratar cada una de esas pequeñas arrugas. En ocasiones, es necesario también trabajar sobre el labio para conseguir un mejor resultado sin que esto aporte ningún tipo de volumen al labio.
Esta es una zona en la que yo prefiero ser conservadora, es decir, aquí, menos es más. Si las arrugas están muy marcadas, es preferible que no desaparezcan del todo, que sobrecargar la zona con ácido hialurónico, porque el resultado puede ser artificial. Es importante que el tratamiento lo realice alguien con experiencia para evitar la famosa “boca de mono”.
En este caso, al tratarse de una zona muy sensible, y en la que son necesarios múltiples pinchazos para conseguir un buen resultado, suelo realizar una infiltración con anestesia para que el procedimiento no sea doloroso.
A veces se pueden combinar técnicas en un segundo tiempo, como la realización de un peeling, para suavizar las arruguitas finas que queden, o realizar previamente un tratamiento con inductores de colágeno, que conseguirán estirar la piel sin aportar volumen.
La duración del tratamiento, va a depender en gran medida de los hábitos de vida del paciente. En pacientes fumadores, el movimiento repetido de los labios, hará que el hialurónico se degrade antes.